22 feb 2010

Manifiesto 3: Todo es Arquitectura. Hans Hollein

Las definiciones tradicionales o reductivas de la arquitectura y sus recursos han perdido vigencia. Hoy, el objeto de nuestra actividad es tanto el entorno como totalidad como los medios necesarios para su concreción, bien sea la TV o el acondicionamiento artificial, el transporte o la ropa, el refugio o las telecomunicaciones. La ampliación de la esfera humana y de las herramientas de determinación del ambiente superan culaquier declaración estructural. Hoy todo deviene en arquitectura.
El hombre crea condiciones artificiales; eso es la arquitectura. El hombre repite, transforma y expande física y psíquicamente sus esferas físicas y psíquicas; crea "entornos" en su sentido más amplio. Utiliza los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades y alcanzar sus sueños; expande su cuerpo y su mente: se comunica.

La arquitectura es un medio de comunicación.

El hombre forma parte de una sociedad al tiempo que exalta su individualismo. Esta doble condición determina su comportamiento. Desde su estado más primitivo, el hombre ha buscado medios para su expansión mental, los cuales a su vez han evolucionado constantemente.
El hombre posee un cerebro; los sentidos son la base para la percepción del medio que le rodea. Los recursos para la definición y la creación del (todavía ansiado) mundo se basan en la expansión de los sentidos.
Estos son los medios de comunicación de la arquitectura entendida en su más amplio sentido. Para ser más específicos, podrían formularse los siguientes roles y definiciones para el término "arquitectura":

La arquitectura es ritual; es etiqueta, símbolo, signo y expresión.

La arquitectura es la caracterización del espacio, del entorno.

La arquitectura es un condicionante de los estados psicológicos.

Durante miles de años, tanto la protección de las inclemencias meteorológicas como la transoformación artificial de nuestro mundo fue materializada a través de la construcción. Los edificios eran la expresión esencial del hombre, la imagen tridimensional de todo cuanto le era necesario: organización espacial, recinto protector, mecanismo e instrumento, medio físico y símbolo. La evolución de la ciencia y la tecnología en una sociedad cambiante, con sus necesidades y demandas, nos ha confrontado con realidades completamente diferentes de las que surgen nuevos medios de caracterización ambiental.
Además de la diversificación de los materiales de construcción con la aparición de nuevos elementos o sistemas, y de las mejoras técnicas que puedan introducirse en los métodos tradicionales, surgirán medios intangibles para la creación espacial. No obstante, continuarán resolviéndose multitud de situaciones de forma convencional, mediante la construcción, mediante la "arquitectura". ¿No existen mejores respuestas que la "arquitectura" en su sentido clásico?
A este respecto los arquitectos podrían aprender del desarrollo de estrategias militares. Si esta ciencia hubiera estado sujeta a la inmovilidad de la arquitectura y sus usuarios, estaríamos todavía contruyendo murallas y torres. Por el contrario, la estrategia militar perdió interés por la construcción para concentrarse en nuevas posibilidades que satisficieran las expectativas planteadas.
Obviamente a nadie se le ocurre ya construir alcantarillados con muro de fábrica o erigir observatorios astronómicos de piedra (Jaipur). Los nuevos medios de comuncación como el teléfono, la radio o la televisión tienen hoy mucha más importancia. En la acturalidad, un museo o una escuela pueden ser perfectamente reemplazados por estos medios. Los arquitectos debemos dejar de pensar exclusivamente en términos de "construcción".
Se vislumbra un cambio que afecta a la importancia de "significado" y "efecto". La arquitectura tiene efectos. La forma en que se toma posesión de un objeto y se utiliza, adquiere relevancia. Un edificio puede ser interpretado únicamente en términos de "información", y su mensaje puede ser recibido a través de los medios de comunicación (prensa, TV...) Dado que la mayor parte de la gente conoce la Acrópolis de Atenas o las Pirámides de Egipto por medios ajenos a la experiencia directa, resulta casi irrelevante la circunstancia de que existan en la realidad física. De hecho, su importancia radica en el efecto de esa información.
Un edificio podría ser una simple simulación.
Un ejemplo de la capacidad d elos edificios para implementarse a través de los medios de comunicación es la cabina telefónica: una construcción de escala mínima extendida a escala global. Los cascos de los pilotos de aviones a reacción respresentan otro tipo de entorno aún más compacto y directamente relacionado con el cuerpo humnao. A través de las telecomunicaciones, estos expanden sus sentidos y pueden establecer relación directa con multitud de lugares. La evolución de las cápsulas y los trajes espaciales conduce hacia una síntesis y hacia una formulación extrema de la aquitectura contemporánea. He aquí una "casa" (mucho más perfeccionada que cualquier edificio) con un control total de las funciones corporales, la provisión de alimnetos y la evacuación de residuos, combinada con una máxima movilidad.
El desarrollo de estas posibilidades físicas incita a pensar en posibilidades psíquicas de definición de ambientes. Una vez superada la necesidad de protección física, es posible sentir un nuevo tipo de libertad: el hombre podrá ser finalmetne el centro de la creación de un entorno individualizado.
La ampliación de las herramientas arquitectónicas más allá de la mera tectónica y sus derivados condujo en primer lugar a experimentar con nuevas estructuras y materiales, especialmente con los procedentes de la industria del ferrocarril. La voluntad de transformar y transportar nuestro entorno tan rápida y fácilmente como fuera posible favoreción la toma en consideración de un amplio abanico de materiales y sistemas utilizados durante años en otros campos. De este modo, hoy encontramos una arquitectura "cosida", de igual forma que encontramos una arquitectura "hinchable". Sin embargo, se trata todavía de recursos materilaes, de "materiales de construcción".
Se ha experimentado poco el uso de medios inmateriales (luz, olor o temperatura) para caracterizar un entorno, un espacio. De igual modo que los métodos existentes tienen vastos campos de aplicación, el uso del láser (la holografía) podría conducir a nuevas experiencias y creaciones. Finalmente, el empleo de fármacos y sustancias químicas para controlar la temperatura y las funciones corporales y para crear entornos artificiales apenas han comenzado. Los arquitectos debemos dejar de pensar exclusivamente en términos de materialidad.
Liberada de los condicionantes técnicos del pasado, la arquitectura funcionará más intensamente con cualidades espaciales y psicológicas. El proceso de "erección" adquirirá un nuevo significado y los espacios tendrán propiedades hápticas, ópticas y acústicas, y contendrán efectos informativos a la vez que expresarán necesidades emocionales.
Una verdadera arquitectura de nuestro tiempo deberá redefinirse y expandir sus recursos. Muchos campos fuera de la construcción tradicional serán incorporados al dominio de la arquitectura, del mismo modo que la arquitectura y los arquitectos entrarán a formar parte de otros ámbitos.
Todos somos arquitectos. Todo es arquitectura.


Hans Hollein, 1968

publicado en Oeste 17 "efectos espaciales"

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